Al momento de escribir este artículo, la comunidad del arbitraje internacional espera ansiosa la decisión de la Corte Suprema del Reino Unido en su primer caso sobre una recusación arbitral. Las preocupaciones respecto a la transparencia y la justicia en el proceso arbitral han renovado el tema de la independencia y la imparcialidad. Los últimos años han visto un mayor impulso hacia la regulación de los conflictos de intereses que surgen de las conexiones de los árbitros. En 2015, con el fin de situar el régimen de La India a la par con los estándares mundiales, las Directrices de la IBA sobre conflictos de intereses en el arbitraje internacional se introdujeron en la Ley de arbitraje y conciliación de la India de 1996, el único caso de tal adopción. Las Directrices de la IBA son un instrumento de derecho blando (soft law) diseñado para ayudar a evaluar las conexiones que surgen con frecuencia y que generan problemas de sesgo. Las Directrices ciertamente han cumplido su objetivo declarado de introducir requisitos de independencia más estrictos, particularmente en el caso de los empleados a nivel nacional. Al mismo tiempo, persiste la preocupación de si el enfoque de las Directrices es la mejor manera de abordar una serie de escenarios. Este trabajo busca evaluar la idoneidad de las Directrices a la luz de las prácticas en otras jurisdicciones como el Reino Unido y Canadá. Al reconocer la divergencia en los enfoques de los conflictos de intereses, puede informar el discurso actual sobre el desarrollo de normas vinculantes para la independencia del árbitro.